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Capítulo
43: Fiesta (PARTE I).
Bella pov.
Me retorcí
de dolor cuando sentí una fuerte patada por parte de mi hijo…
-¿Otra
patada?- murmuró Alice cuando cogió la plancha del pelo y comenzó a pasarla por
todo mi cabello seco.
-Sí…- gemí
mientras cerraba los ojos y me cogía el vientre con ambas manos.
-Tranquilízate-
susurró Alice dejando la plancha encima de la encimera del baño- Seguro que
está notando todos los nervios de todos estos días y ahora te está pasando
factura- asentí mientras mitigaba el dolor.
Hice lo que
me dijo y tomé varias respiraciones profundas y al parecer, surtió efecto.
-Ya se me
está pasando…- le dije abriendo los ojos y sonriéndole.
-Bien…
¿segura que te encuentras bien para ir a la fiesta?- me miró preocupada y yo
ensanché mi sonrisa para tranquilizarla.
-Seguro- me
acarició la mejilla suavemente- Tienes razón, han sido todo los nervios de
estos días y sobretodo, de hoy, pero estoy bien, de verdad- Alice asintió y me
besó en la mejilla antes de volver a coger la plancha y pasarla por mi pelo.
Me relajé
por completo mientras Alice hacía maravillas con mi pelo.
No sé
cuánto tiempo pasó, pero estaba casi dormida cuando Alice me dio un apretón
suave en el hombro.
-Bells, ya
estás lista- abrí los ojos un par de veces antes de adaptarme a la luz y miré
hacia el espejo que tenía enfrente, sonriendo al instante por mi aspecto…
Alice había
recogido en una cola alta toda mi espesa melena, dejándola lisa por completo y
tapando la goma del pelo con mi propio cabello, haciendo un contraste increíble
entre la elegancia y la sencillez.
Justo como
a mí me gustaban las cosas, al menos, la mayoría de ellas.
Pude darme
cuenta de que estaba completamente maquillada ya, menos los labios. Los ojos
los tenía maquillados en tonos tierras, destacando el dorado discretamente. Mis
mejillas estaban de un dulce color arena, que hacía mi piel aún más radiante de
lo que ya estaba.
-¿Qué tal?-
preguntó Alice y la miré por primera vez desde que había abierto los ojos.
-Perfecta-
me levanté y la abracé- Gracias, Al, siempre consigues lo que quiero- soltó una
risilla y se separó de mí.
-Vamos o
estropearás mi obra maestra- asentí y cogí su mano para salir hacia la
habitación.
Me soltó
para dirigirse hacia el enorme vestidor y coger la funda que ponía “Versace” en
dorado y en letras distinguidas y lo dejó encima de la cama para volver hacia
el vestidor y coger la caja de zapatos de la misma marca.
-Mi
hermanito morirá esta noche…- susurró la enana con voz maquiavélica mientras
bajaba la cremallera de la funda.
En ese
momento, recordé, nuevamente, cómo tuve que soportar el cuerpo mojado de
Edward, tapado con una simple toalla sobre su estrecha cintura, se paseaba
delante de mí como si fuese lo más normal del mundo… y la verdad, que en parte
lo era…
Pero…
¡Bienvenidas hormonas a mi cuerpo!
Pues no.
No era
normal para mí…
-No quiero
que le de un ataque sexual en medio de la fiesta, Alice…- la enana endemoniada
soltó una enorme carcajada para su pequeño cuerpo y se encogió de hombros con
una sonrisa traviesa en su rostro mientras me miraba de reojo.
-Le dará de
todos modos…- dijo sin ninguna preocupación- Yo no he hecho nada… sólo he
destacado tu belleza un poco- sonreí sin poder evitarlo y sacó el vestido de la
percha- De verdad, estarás perfecta.
-Y todo
gracias a ti- le recordé y ella negó.
-Yo sólo he
puesto mi granito de arena, pero tu belleza lo es todo, cariño- se puso a mi
altura y me quité la bata de seda que llevaba puesta- Toma- me tendió el
vestido y comencé a subirlo por mis piernas.
-Bueno…
creo que no lo luciré del todo con mi pequeñín…- susurré cuando la tela se
adaptó perfectamente a mi vientre.
-Tonterías…
este vestido no te quedaría tan bien si mi pequeño sobrino no estuviera ahí
dentro- señaló mi vientre y solté una risilla sin poder evitarlo.
-Puede que
tengas razón…- murmuré cuando me hube colocado el vestido en su sitio.
En ese
momento, escuché pasos apresurados por el pasillo y en un nanosegundo, Edward
estaba dentro de la habitación con mi móvil en la mano.
Estaba
impecablemente vestido con un traje negro liso. Combinándolo con una corbata
roja y fina y una camisa blanca.
Estaba
absolutamente hermoso.
-Mi vida,
es Ángela- me tendió el móvil a la misma vez que me miraba de arriba abajo.
Me tragué
el gemido que estuvo a punto de salir de mi boca con esas simples y calientes
palabras saliendo de su perfecta y sensual boquita.
-Yo… em, me
voy- dijo Alice burlona cuando miró la cara de Edward.
Bien… sus
ojos hambrientos mientras me comían con la mirada, no ayudaban, en nada, a mis
revolucionadas hormonas…
-Estás
preciosa…- susurró roncamente mientras me miraba directamente a los ojos.
Juro por
Dios que pude escuchar una risilla desde el teléfono.
-Gracias-
le sonreí- Tú, también estás muy hermoso, cariño- le cogí el teléfono y me lo
puse en la oreja.
Definitivamente,
Ángela se estaba descojonando de la risa a costa de su jefa…
La
situación me hizo sonreír.
-¿Hola?-
dije a modo de saludo.
-¡Bella!- dijo eufórica Ángela y no dejé de
mirar a Edward ni un solo segundo- ¿Qué tal te encuentras?
-Muy bien,
Ángela, gracias- Edward comenzó a rodearme con su perfecto cuerpo mientras me
comía, literalmente, con la mirada.
-Me alegro- dijo alegre- Te llamaba para decirte que no te preocupes
por más nada que por tu presencia- sonreí y le iba a contestar que ya me
había enterado por Eleazar, pero me callé abruptamente cuando la cálida y
varonil mano de Edward acarició mi espalda baja, haciéndome estremecer por
completo.
Me quedé
totalmente muda, no tenía palabras para poder decir nada…
Me había
pillado totalmente desprevenida y el estado en el que me encontraba, no era el
mejor para poder controlarme de las caricias ardientes de mi hermoso esposo…
Cerré los
ojos en un intento vano por canalizar las sensaciones que me estaba provocando
su suave mano en mi piel.
-Tienes una
piel tan delicada y suave…- me susurró roncamente mientras su otra mano se
posaba con delicadeza en mi cintura- Eres jodidamente preciosa, perfecta…-
volvió a susurrar mientras apartaba mi cola de caballo hacia un lado y
comenzaba a besar mi nuca.
-¿Bella?- abrí los ojos abruptamente cuando
escuché la voz de Ángela.
Vale… me
había olvidado completamente de ella…
-¿Qué
decías, Ángela?- sentí la risilla de Edward golpear en mi hombro cuando intentó
besarme ese trozo de piel.
-Que no te preocuparas por nada, que ya está
todo controlado- me dijo con voz divertida y sentí mis mejillas arder.
-Cl… claro-
dije como pude y las manos de Edward viajaron hasta mi abultadito vientre.
-Bueno, Bella, te dejo que tengo que ir y ver
si está todo perfecto- sonreí ante su profesionalidad.
-Muchas
gracias por todo, Ángela, nos vemos en un rato- colgué y apreté el móvil contra
mi mano.
-Es
imposible que te quede mejor ese vestido…- siguió diciendo.
Al parecer
no tenía ninguna acertada idea de lo que sus palabras y sus caricias provocaban
en mi cuerpo y en mi mente…
Tiré el
móvil con cuidado encima de la cama y en ese momento, aprovechó para girarme y
mirarme directamente a los ojos.
-Eres la
mujer más hermosa que jamás vi, he visto y veré en la vida- pude ver que sus
ojos estaban casi negros, completamente nublados por la pasión y la lujuria, y
su candente boca formando una sonrisa traviesa.
-¿Te haces
una jodida idea de lo que me estás provocando, Edward Cullen?- dije con una voz
demasiado ronca como para dejarla pasar.
-No tengo
ni idea…- dijo antes de acercarme a su fuerte pecho y levantar mi barbilla para
unir nuestros labios.
Sus manos
dejaron mi brazo y mi barbilla para instalarse en mi cintura, estrechándola y
acariciándola mientras me volvía loca con sus labios perfectos.
Mi lengua,
con unas ganas tremendas, acarició su labio inferior, moldeándolo y dibujándolo
a mi gusto, provocando un gruñido por su parte que hizo que mi tanga de seda se
mojara hasta límites insospechados…
Su boca se
abrió para mí y me dejó vía libre para poder explorar a mi gusto mientras mis
manos viajaban de su suave pelo hasta su erótico trasero…
-Joder…-
gimió en mi boca, provocando que mi boca se formara en una sonrisa sensual.
Cuando supe
que ya no podría más que desnudarle y subirme a su cuerpo pecaminoso para
poseerlo y sentir hasta el último centímetro de la increíble piel de su cuerpo,
paré en seco.
-Edward…-
jadeé con la respiración errática y con demasiada fogosidad.
-Lo sé, mi
vida, créeme que lo sé…- me susurró antes de coger mi mano y posarla sobre su
más que excitado miembro.
Gemí sin
poder contenerlo mientras bajaba mi mirada hacia sus partes bajas.
¿Qué
demonios me pasaba cuando estaba a su lado?
Fácil.
Me dejaba
influenciar por mis verdaderos instintos…
-Ed…- le
medio advertí y le medio rogué.
-Sí,
princesa, tranquila, sólo serán unas horas y después me tendrás para ti sola- subí
mi mirada y la posé en sus ojos, deleitándome con esos orbes esmeraldas.
-No sé si
podré sobrellevarlo…- le dije mientras dejaba de tocar su miembro- Estoy
completamente excitada y necesitada por tu culpa, Edward…- el gemido que salió
de su boca fue suficiente para que lo acercara casi violentamente, y estampara
mis labios en los suyos.
-Bien… ya
os he dejado pervertir bastante a mi pobre sobrino…- me separé de Edward
abruptamente cuando la voz de Alice llegó a mis oídos.
-Al…- la
llamé mientras la miraba.
-Sí, lo sé…
es jodidamente complicado no abalanzarte hacia mi sexy hermanito y no hacerle
el amor en este momento, pero…- advirtió con un dedo en lo alto y con voz
divertida mientras miraba a Edward y su cara de pre coito completamente sensual
y provocativa- Tenéis una fiesta muy importante a la que asistir, así que,
Edward- le llamó y quitó su mirada de la mía para mirar a su hermana- Sal de
aquí y déjame acabar con tu bella esposa- se acercó a mí y me alejó con
facilidad de Edward.
-Termina
pronto- fue lo único que emitió entre un gruñido antes de salir de la
habitación, no sin antes guiñarme un ojo que haría que cualquier mujer mortal
se desmayase…
Y yo lo
hubiera hecho si Alice me hubiera dejado sin el apoyo de su cuerpo.
-Sí, lo sé,
eso ha sido bastante sexy, pero, escúchame bien- dijo antes de cerrar la
cremallera lateral del vestido y hacerme sentar en la cama- Tienes que estar
totalmente despejada esta noche, o al menos unas horas…- dijo con una sonrisa
burlona- Después podrás tener sexo del duro con mi sexy hermanito.
-Sí… eso
tenlo por seguro- Alice abrió mucho los ojos ante mi clara sinceridad y comenzó
a reírse.
-Jodidas
hormonas…- murmuró mientras negaba con la cabeza y se dirigía hacia el baño-
Créeme cuando te digo que yo estoy completamente igual o peor a como estás tú…-
dijo mientras escuchaba cómo abría los cajones del mueble del baño- Simplemente
una caricia, un roce o una palabra, me excita de sobremanera…- y ahí estamos,
Alice y su sinceridad absoluta.
La miré con
cara de no quiero saber más detalles.
-No me
mires así, estoy jodidamente caliente todo el día- abrí mucho los ojos y
después los rodé en un intento vano por alejar sus palabras de mi mente.
-¿Podrías
dejar de hablar de los calentones que tienes con Jazz?
-Claro…
pero sólo quería ayudarte- me advirtió antes de posar el labial en mis labios y
pintármelos con una destreza increíble- Lista- me dijo después de un minuto.
-Gracias,
Al, por todo- me levanté y la abracé con cuidado de no chocar nuestros
vientres, aunque era una tarea completamente difícil.
-No tienes
que dármelas, sólo disfruta, cariño- me besó en la mejilla antes de separarse
de mí- Ahora, el plato fuerte- dijo cogiendo la caja de zapatos- Hoy le dará un
soponcio de testosterona a mi querido hermano…
-No quiero
tenerlo excitado durante toda la jodida fiesta, Alice, recuerda que tengo que
dar un discurso a unas quinientas personas y no me gustaría que mi querido
esposo tenga sus partes íntimas visibles para las hienas que habrá allí.
-Sí, ya… jodidamente
excitado, con la polla hasta el techo… ya- abrí los ojos hacia su dirección
mientras sacaba los zapatos y los dejaba encima de la cama.
-Eres una
burra- le dije cuando se volvió en mi dirección.
-Ya… pero
sabes que digo la absoluta verdad y no te preocupes por eso, sois adultos,
podréis controlarlo- me guiñó sin creerse una palabra e hizo que me sentara en
el pequeño sofá que tenía a los pies de la cama.
Deslizó los
zapatos por mis finos pies y me maravillé y sonreí a la vez cuando vi cómo
envolvían mis pies de forma delicada y elegante.
El negro
contrastaba perfectamente con mi piel nívea, haciéndola casi irreal y perfecta.
-A pesar de
ser una burra, eres un genio- vi por el rabillo del ojo cómo sonreía complacida
y se levantó de su lugar.
-Lo sé y no
tienes que recordármelo- rodé los ojos con ganas al escucharla- Sólo te falta el
último detalle, bueno… los dos últimos detalles- se dirigió hacia mi cómoda y
cogió mi perfume de Gucci y luego, hacia el vestidor y salió de él con el
pequeño bolso en sus manos.
-Lo
olvidaba…- le dije mientras me levantaba y sonreía al sentir mi nueva altura-
Ya los estaba extrañando…- le dije mientras señalaba los zapatos.
-Pues
despídete hoy de lo lindo, porque sí que los echarás de menos cuando pasen
estos meses…- asentí mientras la miraba.
-Lo sé y no
me lo recuerdes…- le dije mientras cogía el tarro de Gucci y me echaba dos
gotas a cada lado del cuello y una gota en cada muñeca.
Olía
increíblemente bien.
Alice metió
mi móvil y cogió mi identificación del bolso que había llevado hoy y la metió
también.
-Perfecto…-
me entregó el bolso y lo cogí- Ah, espera… tienes que ponerte el abrigo.
-¿Crees de
verdad que lo necesito?- me miró con una ceja alzada- No seas noña, Alice-
abrió mucho los ojos en total confusión- Este vestido tengo que lucirlo
completamente y no tengo ni pizca de frío, así que vamos, señorita- le cogí de
la mano y soltó una carcajada asintiendo.
-Ahora sí
que estás lista- murmuró antes de apagar la luz de la habitación y encaminarnos
hacia el salón.
Esta noche
iba a ser digna de recordar de verdad.
Edward pov.
¿Podía
alguien ser más putamente sexy?
No.
No podía.
Ni siquiera
podría acercarse ni un poquito a la sensualidad de mi caliente esposa…
Sólo de
pensar una y otra vez en esa piel expuesta, ese jodido vestido pegado a su
cuerpo y esa boca dejar escapar sus eróticos gemidos, me volvía completamente
loco…
Sólo tenía
ganas de quitarle ese vestido y adentrarme en su cuerpo con suavidad y fiereza
a la vez…
Sintiendo
su estrechez y calidez, volviéndome completamente loco, haciendo que olvidara
todo y sólo existir ella y yo.
-Ey, tío-
me llamó Jasper, sacándome de mis pervertidos pensamientos- Estabas en trance…-
me miró burlón y yo le sonreí.
-No ha sido
nada…- le medio tranquilicé, porque no iba a decirle el rumbo que estaban
teniendo mis pensamientos.
Obviamente.
En ese
momento, Yuna se acercó a mí y restregó su pequeña pata en mi zapato para que
la cogiera.
-¿Qué
quieres, princesita?- la cogí y me lamió la mano.
A los pocos
segundos, se acomodó en mi regazo y se quedó completamente dormida.
-Sí, estás
perfecta…- escuché la voz de mi hermana y enseguida dejé a Yuna encima del
sofá, tapándola con su manta y levantándome a la vez.
Mi mirada
se conectó con aquellos orbes chocolates directamente, deleitándome con su
belleza innata. Bajé un poco mi mirada, encontrándome con ese rojo ardiente y
sexy en sus labios, contrastando con la blancura de sus perfectos dientes.
No pude
evitar bajar mi mirada desde el centro de sus pechos, hacia su pequeño vientre,
dónde crecía mi hijo, hasta esos pequeños y delicados pies envueltos en unos
altísimos zapatos.
Estaba
absolutamente preciosa…
No tenía
ninguna palabra para describir su belleza y elegancia.
Se acercó a
mí con paso decidido y me sonrió sensualmente.
-Guau,
estás preciosa, Bells- dijo Jasper cuando pasó por su lado y Bella le sonrió en
agradecimiento.
-Gracias,
Jazz- siguió su camino hacia mí y se paró frente a mí con esa sensualidad que
le caracterizaba, provocando que su sensual y provocativo perfume inundara mis
fosas nasales…- Estás, muy, muy guapo, mi vida- se acercó un poco más,
provocando que su aliento diera de lleno en mi cara- Siempre pareces salido de
una puta revista de modelos…- solté una carcajada al escuchar sus palabras y
ella también me sonrió radiantemente.
-Bueno… tú
sí que pareces una princesa salida de un puto cuento, de verdad…- me sonrió más
ampliamente y acerqué mi boca a su oído- Pero con tu toque perfecto… esa
sensualidad y provocación que te invade por completo…- escuché un corto y ronco
gemido salir de su boca y mi amiguito se despertó aun más de su breve siesta-
Hueles jodidamente bien…- le dije mientras aspiraba con fuerza, haciendo que su
olor llegara a mí de nuevo.
-Vamos, por
favor…- dijo con toda la fuerza de voluntad que pudo y no pude evitar la
sonrisa de suficiencia que se instaló en mi rostro.
-Al, Jazz…-
los llamé- Gracias por todo, de verdad- los dos me sonrieron.
-No tienes
que agradecernos nada, cariño- Alice se acercó a nosotros- Lo hago con todo el
amor del mundo- Bella se separó de mí, intentando canalizar la cordura de su
mente y la locura de sus hormonas a partes iguales.
-De todas
formas, gracias- la abracé y le toqué su vientre- Cuídate mucho, ¿vale,
preciosa?
-Claro que
sí, tengo un hombre a mi lado que me consiente en todo- Jazz soltó una pequeña
carcajada y seguí yo.
-La verdad
es que siempre hago todo lo que quiere- sonreí aun más y pude ver cómo Bella
miraba mi boca totalmente anonadada y reía también.
-No te
dejes influenciar mucho, está completamente loca…- intervino Bella, provocando
las risas de Jazz y mías.
-Mejor voy
a callarme o veré como las mejillas de alguien se ponen como el vestido ese-
señaló el vestido de Bella y ésta dejó de sonreír abruptamente mirándola con
los ojos como platos.
Miré a mi
hermana luego a Bella, quiénes se estaba
retando con la mirada en total diversión por ambas partes.
-Así me
gusta, calladita estás más guapa, cariño- se acercó a ella y la abrazó.
Alice le
murmuró algo a Bella y ésta soltó una carcajada mientras la acercaba a su
pecho.
Nos
despedimos de ellos dos y abrí la puerta del Volvo para mi preciosa esposa.
Me dirigí
hacia la puerta del piloto, después de cerrar la puerta a Bella.
Me puse el
cinturón de seguridad y miré directamente a las desnudas piernas de Bella sin
poder evitarlo, dándome cuenta que el vestido se abría cuando se sentaba,
dejando ver lo justo, haciéndome enloquecer por completo.
Esa piel
nívea y esas largas y torneadas piernas eran mi puta locura…
Y ni que
decir de sus más que hinchados pechos envueltos en esa fina tela de gasa…
Pero lo que
terminó de rematarme fue el agarre que tenía formado con sus dientes en su
labio inferior…
-¿Te gusta
lo que ves?- me dijo con voz burlona y en ese momento, escuché el pito del
coche de Jasper, indicándome que saliera del aparcamiento para abrirle la
puerta del garaje.
¿Cuánto
tiempo había estado observándola?
Demasiado…
-Sí,
demasiado…- gruñí y se instaló una sonrisa de suficiencia en su preciosa boca.
Saqué el
Volvo con rapidez y salí del garaje en menos de treinta segundos.
Jazz me
pitó cuando se desvió hacia el Noroeste de la ciudad, en dirección a su casa.
Yo le devolví el pitido y sentí la mano de Bella en mi pierna…
-No sabes
lo hermoso que estás esta noche…- su voz no había dejado la ronquez ni un
poquito y eso hizo que la mirara en un breve segundo para después, volver mi
atención a la carretera.
-Y tú no
sabes lo jodidamente irresistible que estás esta noche…- pude ver por el
rabillo del ojo cómo sonreía.
Llegamos en
muy poco tiempo y bajé del coche a la vez que un muchacho joven le abría la
puerta a Bella con educación y miradas de más…
-Vamos, mi
vida- la cogí de su estrecha cintura y le besé en los labios con suavidad,
dejándole en claro al tipo ese que ella era mía.
Absolutamente
mía.
Bella
sonrió sobre mis labios y me besó una última vez antes de coger mi mano.
Pude darme
cuenta que su pintalabios no se había quitado ni un poquito…era bueno saberlo…
Le entregué
las llaves al pobre muchacho, que ahora tenía una cara completamente de
desilusión y se metió en el Volvo parea aparcarlo.
-¿Tienes
frío?- le pregunté cuando mi mano se posó en su espalda baja y puse darme
cuenta que no tenía nada encima de ese fino vestido.
-No, no te
preocupes, no he querido ponerme nada encima- susurró mientras tiraba de mí y
subíamos las escaleras. Ella con una soltura increíble a pesar de su vientre y
sus zapatos…
-¿Y eso?-
le pregunté totalmente confundido.
-Porque
además de no tener frío- cogió su bolso con determinación con su mano libre-
Quiero lucir este vestido tal y como es y porque después te alegrarás de tener
que quitarme sólo una prenda…
Vale… quité
mi mirada del movimiento que hacían sus pechos y miré al frente, encontrándonos
con un salón, exquisitamente decorado, con mucha gente.
Ése fue el
detonante para parar mi excitación y no cogerla aquí y ahora…
-Tu sigue
hablándome así y no tendré que quitarte ese vestido para hacerte mía…- le dije
antes de que el amable hombre de cincuenta y tantos años nos pidiera nuestra
invitación.
-Oh,
señores Cullen- dijo el hombre nada más vernos- Tomad, no hace falta vuestra
invitación- nos sonrió cordialmente- Pueden pasar, por favor- asentimos con una
sonrisa- Felicitaciones por su embarazo.
-Muchas
gracias- murmuró mi esposa con una sonrisa antes de adentrarnos en el interior
del hall del hotel.
Todas las
miradas se clavaron en nosotros dos y después vinieron las sonrisas y las
felicitaciones.
Todos, y
cuando digo todos, es absolutamente todos, se acercaron para felicitarnos por
el embarazo de Bella y por el juicio.
-Señores
Cullen- nos saludó un hombre mayor con cara amable- Oh, Bella, estás bellísima-
mi hermosa esposa lo miró y lo abrazó con una sonrisa.
-¡Señor
Andrew!- dijo emocionada y se separó de él- Muchísimas gracias- el hombre sonrió-
¿Qué tal está?
-Oh, estoy
perfectamente bien y no me llames de usted, Bella, me hace sentir más mayor de
lo que soy- Bella soltó una carcajada y yo la seguí.
-Está bien,
Andrew- sonrió el hombre y Bella se giró en mi dirección- L presento a mi
esposo, Edward Cullen- me señaló con su mano derecha, haciendo brillar su
precioso anillo- Edward, él es el señor Andrew- el hombre me ofreció su mano y
yo se la estreché enseguida.
-Un placer,
señor Andrew- le sonreí y el hombre me devolvió la sonrisa.
-El placer
es mío, señor Cullen- negué con la cabeza a la vez que quitaba mi mano de la
suya.
-Llámeme
Edward, por favor- soltó una pequeña risilla y Bella sonrió divertida.
-Entonces,
llámeme Andrew- asentí con una sonrisa y Bella se acercó a mi cuerpo, cogiendo
mi brazo y enrollándolo con el suyo, provocando que todo su calor me inundara
por completo- Hacéis muy buena pareja- los dos sonreímos.
-Muchas
gracias, Andrew- le agradecí sinceramente.
-Bueno, voy
a saludar a los futuros compradores- Bella y yo asentimos- Si no fuera por tu
esposa, este proyecto no se hubiera llevado a cabo- sonrió antes de irse de
nuestro lado y saludar a un enorme grupo de hombres de mediana edad.
-Es un
encanto- dijo Bella mientras dirigía su mirada a la mía.
-Sí, al
parecer te tiene mucho aprecio- le dije sinceramente.
-Sí, es un
buen hombre- en ese momento, sentí una mano en mi hombro y cómo me arrebataban
a Bella de un suave empujón.
-¡ELEAZAR!-
gritó Bella eufórica cuando el moreno la cogió y la abrazó con efusividad.
Sonreí por
la escena.
La dejó en
el suelo y la miró de arriba abajo con una sonrisa divertida en su rostro.
Si no fuera
porque sabía que era gay y porque quería a Bella como una hermana, ya me
tendría mi puño en su cara…
-Estás
absolutamente preciosa…- sonrió más ampliamente- Déjame adivinar…- se puso un dedo
en la barbilla como simulando pensar- Mi prototipo hecho mujer, ¿no?- solté una
pequeña carcajada al escuchar la definición que tenía de mi hermana.
-¿Quién más
sería?- dijo Bella burlona y Eleazar sonrió.
-Nadie más
por supuesto- su mirada se posó en la mía- Edward, tío, ¿qué tal?- se acercó a
mí y me abrazó.
-Muy bien,
¿qué tal tú?
-Oh,
estupendamente- se separó de mí y me sonrió- De verdad, chica, que los genes
Cullen no pueden ser más perfectos…- murmuró mirándome demasiado tiempo el
torso.
Tosí en
completa incomodidad, lo que provocó que Bella soltara una pequeña carcajada.
-Eleazar,
recuerda que su esposa está aquí- se acercó a mí y puso su brazo en mi espalda-
Es sólo mío, búscate a otro- sonreí sin poder remediarlo ante sus palabras.
-Claro que
sí… ya he estado viendo unos cuantos magnates de los más interesantes…-
soltamos una carcajada los tres.
-Cómo no…-
Bella rodó los ojos, lo que me causó mucha gracia- Por cierto, ¿has visto a
Ángela?
-Síp-
recalcó la “p”- Ahora mismo esta allí- señaló a nuestras espaldas y nos giramos
en esa dirección- Les está informando a esos señores sobre el proyecto- Bella
asintió.
-¿Hay
buenos compradores?
-Diría que
esta noche es tu noche, nena- sonreí viendo la cara de satisfacción de mi hermosa
esposa.
-Perfecto-
susurró Bella mientras miraba la escena sin pestañear.
-Han estado
preguntando por ti- mi mirada se conectó con la de Eleazar- Quieren conocer a
la protagonista de todo este proyecto, Bells- miré a Bella y ésta sonrió
triunfante.
-Bueno… no
tendrán que esperar por mucho tiempo, ahora es el momento- nos guiñó ambos y se
acercó un poco a mí, dejando su boca en mi oído.
Benditos
tacones…
-Voy a dar
un pequeño discurso de bienvenida- me aclaró mientras su mano se posaba en mi
brazo derecho- Espérame aquí- susurró con voz sensual antes de separarse de mí
y sonreírme provocativamente.
Me besó, húmedamente,
en la comisura de mis labios y se giró, haciendo que la fina gasa de levantase
de forma sensual y se encaminó hacia el improvisado escenario.
-Joder… a eso
le llamo yo a una mujer sexy y sensual…- murmuró Eleazar, pero no le pude
contestar.
Toda mi
atención estaba centrada en ella.
En mi
esposa.
En Bella.
Se paró al
lado del señor Andrew y le susurró algo al oído, que hizo que el hombre riese
ampliamente y que los demás, mirasen a mi esposa como si fuera un trozo de
carne…
Respira
hondo y relájate…
El señor
Andrew asintió y se dirigió junto con Bella al escenario, ayudándola a subir
con mucha caballerosidad.
No podía
dejar de mirar el cuerpo de mi esposa…
Sus piernas
subían con demasiada destreza a pesar de sus zapatos y de su abultado vientre.
Ese vientre en el que crecía mi hermoso hijo día tras día…
La fina
gasa hacía de las suyas y dejaba al descubierto un pequeño trozo de piel de sus
muslos, haciendo mi excitación irremediable… Y ni que hablar de su espalda
desnuda. Era la cosa más provocativa que había visto jamás… no importaba las
veces que la veía desnuda, no importaba cuántas veces le hacía el amor,
anhelaba su piel como un drogadicto la droga.
Pude darme
cuenta que estaba más hermosa que nunca…
Su cara
irradiaba felicidad y satisfacción por todos lados y su cuerpo estaba más
perfecto que nunca. Hacía ya una semana que no veía ese hermoso rostro radiar
como ahora.
Era
absolutamente perfecta.
Se pusieron
en el centro del escenario, justo enfrente del micrófono y comenzó a hablar el
señor Andrew con Bella a su lado, que no dejaba de mirarme, con esos pozos
chocolates tan profundos y preciosos.
-Señoras y
señores- pidió un poco de atención el señor Andrew y todo el salón se calló
abruptamente mientras se giraban hacia el escenario- Estamos todos aquí con el
fin de conocer el nuevo proyecto de mi equipo- sonrió el hombre a todo el
público y Bella hizo lo mismo- Muchos, quizás la mayoría, me han preguntado por
Isabella Swan, la señora Cullen- aclaró mirándome a mí en particular- La mujer
que ha hecho que este proyecto funcione a la perfección, a pesar de mis
exigencias…- cogió la mano de Bella y la alzó- Ésta es Isabella Swan, una de
las mejores arquitectos que he conocido en mi vida- todo el público, yo el
primero, aplaudimos como locos mientras veíamos a mi hermosa mujer sonreír
ampliamente- Muchas gracias por todo, Isabella- guardó la compostura delante de
todos- Sin ti y tus mágicos bocetos, nada de esto hubiera sido posible- el
hombre sonrió y besó a Bella en ambas mejillas mientras sonaba otra ronda de
aplausos.
-Al
viejales se le cae la baba con nuestra Bells…- murmuró Eleazar, provocando una
pequeña carcajada por mi parte.
El señor
Andrew dejó a Bella en su puesto y mi hermosa esposa se acercó al micrófono con
determinación y seguridad.
-Buenas
noches a todos- saludó con su impecable educación- Como ha dicho el señor
Andrew, yo soy Isabella Swan y estoy encantada de que este proyecto se haya
llevado a cabo- Bella me miró profundamente- No diré que este proyecto ha sido
un camino de rosas, porque, de verdad, no lo ha sido- aclaró- Mi equipo y yo, y
sobretodo, el señor Eleazar Collins, mi compañero y amigo desde hace mucho
tiempo, hemos trabajado muy duro por este proyecto y estamos encantados con los
resultados- otra ronda de aplausos se escuchó en toda la sala, yo no podía
estar más eufórico por sus palabras- No tienen que agradecerme a mí, tienen que
agradecerle al señor Andrew- señaló con su pequeña mano con total convicción- El
haber confiado en nosotros, una empresa nueva y con ganas de aspirar más cada
día- sonrió haciendo resaltar sus dientes blancos sobre el pintalabios rojo-
Muchas gracias- ahora aplaudió hasta el señor Andrew y la verdad que no era
para menos…
Eleazar y
yo aplaudimos con efusividad y Bella abrazó al señor Andrew con una enorme
sonrisa en su rostro.
La amaba de
todas las formas posibles…
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Bueno, bueno, bueno...
¡Buenas tardes a tod@s!
¿Que tal habéis pasado esta semana? ¿Y el finde?
Espero q os hayáis divertido muchísimo ;)
Al fina estoy de vuelta después de mi semana se ausencia. No he podido estar más liada, de verdad... Estos días han sido imposibles... corriendo de un lado para otro... pero bueno, ya ha pasado, al menos por el momento.
¿Qué os ha parecido el capítulo? Sé que me he retrasado un poco, pero aquí lo tenéis, como dice el refrán: "Más vale tarde que nunca".
¿No os entran ganas de comeros a ese Ed tan sensual? Por favor, q me parta en dos si no me provoca con esas simples caricias...
¿Qué creéis que pasará ahora? Al parecer, todo está saliendo de maravilla para este parejita feliz, pero... ¿durará por mucho tiempo?
Os tengo que comunicar, q el jueves, cuando suba el siguiente de INOLVIDABLE, publicaré, al fin, la encuesta para saber vuestra opinión sobre el epílogo de la historia. Como ya sabéis, es mi primer fic y le tengo un cariño especial e incondicional y quiero que vosotr@s entréis en esa decisión.
Bueno, ya os iré contando ;)
Le dedico este capítulo a tod@s mis lectores. Ahora no voy a ponerme quisquillosa a nombraros porque os lo merecéis tod@s por mi larga ausencia ;)
Muchos besos y abrazos,
Romiina R.
Romi,
ResponderEliminarMuchisimas gracias por el capítulo!!!! La verdad es que me h maravillado, encantado...las palabras se me quedan cortas para describir tantas y tantas emociones :)
No te preocupes, por lo del retraso...es totalmente comprensible como ya te comente en los correos...todos siempre tenemos etapas duras y largas que hemos de pasar, así que por esa parte descuida y tranquila.
Me alegra saber que el jueves por fín pondrás la encuesta....ya tengo ganas de saber e resultado!!!!
En cuanto a Edward....que decirte???? Me derrite verlo y sentirlo tan sensual....es fuego y hielo a la vez...me sobrecoge de una manera inexplicable...es el hombre perfecto :)
En cuanto al final, veremos a ver que nos tienes preparado...la verdad es que estoy en ascuas, absolutamente.
Por lo demás, comentarte que me alegra muchisimo el capítulo por el reconocimiento de Bella y por el apoyo de la familia, en especial de Edward y tb de Alice, que siempre la cuida y le hace la vida más sencilla en cuestión de a lo que la moda se refiere y en el que Bella, no se maneja demasiado....la verdad, es que Alice es única :)
Por lo demás, poco más tengo que contarte. Espero que todo vaya bien y que esta semana la tengas menos ajetreada. Espero que tu madre se encuentre mejor y que todo lo del asunto del juicio acabe bien. Sabes que me tienes para lo que te haga falta.
Muchos besos y abrazos,
CM*
Rommina la espera valio la pena, no pudo ser más hermoso, me encanto, todo ese lenguaje provocativo unnnnnn.
ResponderEliminarTe felicito, espero que te salga todo bien y logres todo lo que te has propuesto.
Saludos,