Mis Dios@s del Crepúsculo... ¡GRACIAS!

miércoles, 10 de octubre de 2012

¿AMARTE U ODIARTE?


 
**********************************
********************************
Capítulo 9: Me muero por besarte.
Yess pov. 

¿Podría verdaderamente ver a Emmett con Romina? 

Mi hermana hermosa... ¿cómo había podido traicionarle de la peor manera? 

Ahora entendía cuando muchas personas decían que la carne era débil... y vaya si lo era... 

Lo peor de todo era si de verdad podríamos quedar algún día los cuatro sin tirarnos los trastos a la cabeza... 

Sabía cómo era Emmett, muy impulsivo y en ocasiones, violento por defender lo que era suyo, pero siempre con la madurez que lo caracterizaba... Aunque, de verdad, jamás pensaría que Emmett pudiera pegarle a Jasper o algo así. Era impulsivo y fuerte, sí, pero con un corazón tan blando como un dulce de algodón y sabía que no nos haría pasar un mal rato ni a mí y a Romina. Además de que a última hora, los cuatro éramos víctimas del más cruel destino... 

Yo, en cambio, no sabía cómo podría actuar ante esa situación... era bastante embarazoso. No sabía ni quiera si podría mirar a Romina de la misma forma que antes... a pesar de haber conversado con ella, las cosas eran bastante delicadas como para tomarlo a la ligera... No era vengativa, ni mucho menos, pero me dolía sobremanera esta situación... 

Y ahora no sabía cómo sentirme, si feliz por haberme deshecho del vínculo amoroso entre Emmett y poder estar con Jasper sin ningún remordimiento de cabeza, o triste por haber perdido, aunque no fuese para siempre, al hombre que le había entregado mi pureza, mi primer amor, todo... 

Aunque ahora me cuestionaba si mi primer amor verdadero había sido Jasper... 

Y luego estaba Romina... ¿cómo habrían quedado Romina y Jasper después de todo esto? ¿Seguirían amándose como el primer día? 

Todo esto era un lío o mejor dicho, un trío amoroso demasiado vicioso para mi débil mente... porque al fin y al cabo, sí, éramos cuatro, pero en teoría era un trío que no sabía a qué persona dirigirse y ser feliz... 

No me había dado cuenta, hasta que mis tacones de incrustaron en el blando césped, que me encontraba en el bosque de la Universidad... 

¿Tanto había caminado? 

Miré mi reloj, casi por inercia propia, y me fijé que eran más de las once de la noche... 

Dios... estaba tan metida en mis pensamientos que ni siquiera me cercioré hacia dónde me dirigía... 

Abrazándome con mis propios brazos para proporcionarme calor, a pesar de ser una noche veraniega, hacía bastante frío y mi vestido corto y ligero no ayudaba en nada, retrocedí mis pasos y me giré sobre mis propios talones, calmándome porque no tuviera que enfrentarme con nadie deseado en la oscura noche y porque mis zapatos no parecieran un verdadero desastre... 

Me mantuve muy cerca de las pocas farolas que había en la calle y apresuré mi paso con determinación para llegar cuanto antes a mi departamento. Sólo quería recostarme en el regazo de Romina, como había hecho siempre, y poder dormir con sus caricias en mi pelo, diciéndome que todo saldría bien y que no me preocupara de nada... 

Extrañaba su instinto maternal por sobre todas las cosas... 

Parecería una egoísta por todo lo que había pensado antes, pero estaba segura que jamás perdonaría a Romina, más que nada porque no había nada que perdonar... De eso estaba completamente segura. 

-¿Yess?- me quedé congelada completamente cuando esa dulce voz pronunció mi nombre con un deje de temor y melancolía. 

Miré hacia el frente, dónde provenía aquella preciosa voz, y me quedé prendada por el hombre más hermoso que existía sobre la tierra... 

Llevaba una camisa blanca que sólo dejaba ver parte de su pecho con los tres primeros botones abiertos. Aunque no se distinguía muy bien cómo era, ya que llevaba una chaqueta azul que compenetraba perfectamente con sus vaqueros desgastados... 

Oh, Dios... 

¿Por qué era así de perfecto? ¿Acaso no se daba cuenta que debería ser ilegal ir así por la calle? 

Escuché un carraspeo por su parte, e inmediatamente mordí mi labio inferior levantando la mirada avergonzada. 

Esos preciosos pozos azules se incrustaron en mi mirada sin ningún pudor. Incitándome a que me perdiera en ellos como si el mundo se fuera a acabar en este mismo instante. 

-Hola- dije con voz temblorosa, todavía no podía creer que él estaba aquí... 

-Hola- sus labios se curvaron en una sonrisa traviesa y avanzó los pocos pasos que nos quedaban. Yo, involuntariamente, retrocedí esos pasos y vi cómo se detenía en ese mismo momento. 

-¿Qué estás haciendo aquí?- mi voz temblaba aun más y no sabía si era por el frío o por la emoción de tenerlo enfrente de mí después de estos interminables días... 

-Estaba esperándote en tu departamento y como no venías, decidí ir a buscarte...- cerré los ojos cuando pronunció la última palabra. 

-¿Por qué?- dije conteniendo mis enormes ganas de salir corriendo y llorar hasta que mis ojos se quedasen sin lágrimas. 

-Estás temblando, toma- abrí los ojos y vi cómo se despojaba de su chaqueta y me la tendía mientras avanzaba sólo un paso, el suficiente para poder notar su perfecta fragancia varonil y adictiva. 

-¿Por qué?- repetí una vez más sin hacer caso a su caballerosidad.

-Déjame acercarme y darte calor, Yess, tienes los labios morados, por favor, ven- avanzó un paso más y esta vez, no retrocedí ni siquiera un centímetro- Te juro que te contaré todo, pero, por favor, ven. 

Asentí lo suficiente para que pudiera acercarse a mí y cuando avanzó los pocos pasos que nos separaban, me golpeó como su fuera una mole, su dulce olor... 

Mis fosas nasales se expandieron casi involuntariamente y pude notar el calor exquisito de su cuerpo... 

No dejé su mirada en ningún momento, ni siquiera cuando sus manos pasearon por mi piel expuesta mientras me ponía su chaqueta como si fuera un bebé. Con delicadeza, demasiada delicadeza para esas manos grandes y varoniles. 

-Gracias- fue lo único que pude decir cuando subió la cremallera de la chaqueta, no dejando que el calor que tenía ya de su cuerpo, se fuese.

-De nada- sus ojos volvieron a los suyos y su cálido aliento se coló por sus labios entreabiertos, sintiendo la calidez de su boca... 

Lo siguiente que pasó no se lo imaginó ni en sus mejores sueños... 

No sabía de dónde había sacado esa fuerza de voluntad, pero acortó los cinco escasos centímetros que quedaban entre sus bocas y unió sus labios en un beso lento, sin prisas, cargado de amor y sentimientos... 

Sintió cómo las manos de Jasper se pusieron en su cara y la acunó con una dulzura increíble. Las suyas, en cambio, se posaron en su pecho, ese pecho que había imaginado millones de veces desnudo mientras lo besaba una y otra vez... 

El beso pasó a ser más pasional, demasiado, y notó cómo su lengua pedía permiso para adentrarse en su cavidad por completo. Jasper accedió casi de inmediato y comenzaron una batalla que ninguno estaba dispuesto a perder. 

Muy pronto comenzaron a salir jadeos y gemidos de las bocas de ambos y ése fue el incentivo que le faltó para que la cordura ganara esta batalla. 

De repente, se separó por completo de él, tambaleándose por la confusión que tenía en su mente en estos momentos... 

-Perdóname, no sé qué me pasa cuando estoy cerca de ti...- cerró los ojos y su mano se dirigió hacia sus labios, sintiéndolos hinchados y calientes.

-No me pidas perdón, por favor, hoy no- su voz estaba completamente ronca, pero con ese reflejo dulce y seductor tan característico de él... 
 
Hasta su voz la calentaba de mil formas inimaginables... 

-Esto no está bien, Jasper, por favor, no sigas- notó cómo una solitaria lágrima se escapaba de su ojo derecho y rodaba por su acalorada mejilla. 

Jasper fue más rápido que ella y se acercó de nuevo, abrazándola sin ninguna vacilación, impidiéndole que se escapase en ese preciso momento. 

-No llores, te pido por favor que no llores- susurró sobre su pelo, mientras lo besaba y aspiraba como un drogadicto al ver un poco de coca después de un año... 

-¡ESTO NO ESTÁ BIEN, MALDITA SEA, ME PROVOCAS, ME EXCITAS HASTA LO MÁS PROFUNDO DE MI SER Y ESO ES UN PECADO, ESTÁS CON MI HERMANA!- le gritó con furia y dolor en su voz mientras las lágrimas se agolpaban en sus ojos e intentó separarse de él con los puños cerrados golpeando su pecho, pero ni siquiera su voz furiosa y sus puñetazos, hicieron que Jasper la soltara en lo más mínimo, más bien al revés, la apretó más aun contra su fuerte pecho. Ya no tenía escapatoria y él lo sabía. 

-Ya no estoy con Romina- dijo con su habitual calma sin dejar de apretar su agarre ni un poco. 

¿Qué? ¿Había escuchado bien? 

-¿Qu... qué est... estás dicien... do?- dije como pude, con la voz más dolida que jamás había escuchado salir de mi boca. 

-Romina y yo terminamos- esa última palabra había sido la que me había llegado al corazón... 

“Terminamos”... esa palabra me producía felicidad y tristeza a partes iguales... 

¿Habían terminado? ¿Por qué? 

-¿Por qué?- no le pude evitar preguntar y ahora mi voz salió inesperadamente estable. 

-Nos hemos dado cuenta de que no nos amamos- se separó un poco, lo justo para tener sus ojos en los míos- Ya no la amo, Yess, ya no- su voz era la voz más sincera que alguna vez pude escuchar de alguien y dejé de forcejear con su fuerza, no tenía fuerzas para liberarme de su agarre... o más bien, era imposible que ahora pudiera alejarme de él. 

-¿Por qué?- dije por enésima vez y pude ver su confusión en sus ojos. 

-Maldita sea, Yess, ¿no vas a preguntarme nada que no sea un “por qué”?- bajé mi mirada completamente confusa. 

¿Qué quería que dijese? Estaba demasiado confundida... 

Una de las manos de Jasper dejó su cintura y se instaló en su barbilla, obligándola a que la mirara directamente a los ojos. 

-Romina me llamó, ¿está bien?- hizo una pausa mientras miraba mi reacción- Quería que hablase contigo en vuestro departamento, así que te estuve esperando, pero al ver que no venías, fui a buscarte- yo asentí sin saber muy bien que decir. 

-Bien... eso explica tu presencia aquí, aunque...- hice una pausa ante su atenta mirada- ¿Cómo sabías que estaba aquí?- alcé una ceja en total confusión y él sonrió de lado. 

-Digamos que he estado siguiendo tus pasos estos días...- dijo con voz culpable. 

-¿Has estado espiándome?- abrí mucho los ojos y él me dedicó esa sonrisa que mataría a cualquier fémina de un infarto... 

-Yo no lo llamaría espiar...- intentó excusarse- Yo lo llamaría preocuparse de alguien importante...- pestañeé al menos cinco veces y de verdad que temía quedarme bizca o algo así... 

-¿Por qué debería ser importante para ti?- él en vez de contestarme, me pegó más a su pecho, provocando que su aliento se colara, de nuevo, por entre mis labios... 

-Porque lo eres- demandó sin dejar de mirarme a los ojos. 

-No te entiendo nada y por favor, suéltame- pedí irritantemente mientras giraba mi cabeza hacia otro lado que no fuera su pecho, ignorando lo bien que olía... 

-No, no voy a soltarte y admítelo, no quieres que lo haga- esas fueron las palabras que provocaron que me girase de nuevo en su dirección y observar cómo miraba mis labios con todo el descaro del mundo. 

-¿Y quién te dice que no?- murmuré exasperada por su comportamiento descarado y lo que obtuve fue la sonrisa más hermosa, sexy y seductora de todo el planeta... 

-Tú- hizo una pausa sin dejar de mirar mis labios- Tus labios y tu beso candente- tocó mis hinchados labios con un ligero toque que provocó que casi saliera un gemido de mi garganta- Tus mejillas sonrosadas- toco mis ardientes pómulos y quise morir- Tu respiración errática...- no sé si fueron sus candentes palabras o el nerviosismo, pero ahora tenía un serio problema para respirar...- Eres tan dulce y pasional a la vez, Yess, que me vuelve loco- sus labios ahora estaban a escasos dos centímetros de los míos y juro que iba a matarme...- 
 
Sus palabras, su aliento entremezclado con el mío y su sexy voz fueron el detonante para que yo misma acortara esa poca distancia y uniera, nuevamente, sus dulces y perfectos labios con los míos.
Ahora sí, mis manos envolvieron su pecho con caricias demasiado candentes para estar en un sitio público y llegaron a su bien formado trasero... 

No sabía de dónde estaba sacando esa valentía, pero no creo que me fuese a arrepentir... No después de todo esto... 

Sus manos bajaron hacia mi espalda, donde dejó caricias suaves hasta llegar a mi trasero, que a penas rozó y siguió con su camino hasta acariciar mis muslos... 

-Jazz...- gemí antes de meter mi lengua en su boca rudamente. 

Muy pronto, tuvimos que dejar de besarnos así por falta de aire y ahogué otro gemido que estuvo a punto de salir de mi garganta... 

-Me vuelves completamente loco- dijo antes de aplastar mis glúteos con sus varoniles manos. 

-Jasper...- salió en forma de gemido en vez de advertencia, lo que provocó una sonrisa altanera de su parte... 

-Olvida todo por esta noche, Yess, te juro que mañana me podrás preguntar todos los “por qué”- su voz... oh, joder... no podía ser más caliente- Pero ahora, ven conmigo, te juro que te haré olvidar todo lo que ha ocurrido en estos días, todo, porque esta noche será la mejor y la primera de muchas... 

Con esa promesa, dejé de aplastar su trasero y me liberé de sus brazos en forma de cadenas. 

-Júrame que no me arrepentiré, júralo- le imploré, no podía pasar por lo mismo dos veces, ya no... 

-Te lo juro- su voz, sus ojos, incluso su boca, destilaban sinceridad y lo creí. Claro que lo creí, haría todo por este hombre... 

Lo amaba y eso no había nada ni nadie que lo cambiase. 

Su brazo agarró mi cintura y anduvimos unos pocos metros hasta llegar a su precioso MBW. Abrió la puerta para mí y yo le sonreí de vuelta antes de guiñarme y cerrar la puerta con suavidad. 

Cerré los ojos antes de ponerme el cinturón de seguridad y todo lo que pude oler fue a Jasper por todos lados... Aspiré su chaqueta y todo el ambiente del lugar con efusividad. No quería perderme ningún detalle y mucho menos, la presencia de su olor en mí... 

Se subió al asiento del conductor y encendió el motor con un suave ronroneo en la silenciosa noche. 

-¿Adónde iremos?- le pregunté sin dejar de oler su chaqueta. 

-A mi casa- me dio un suave apretón en la rodilla y un pensamiento demasiado malo pasó por mi cabeza... 

¿Me llevaría a la misma casa que llevó a Romina? ¿Cómo podía hacerme eso? 

-Tranquila...- apretó más su agarre en mi rodilla y pude tranquilizarme un poco, sólo un poco- Iremos a mi casa de la sierra, está más cerca y no quiero que te sientas incómoda- suspiré con demasiado alivio y me relajé por completo. 

Que tonta estaba siendo pensando demasiado... claro que eso no me lo haría Jasper. 

Me juré en ese mismo momento que olvidaría todo lo pasado y viviría el presente, éste presente que era el que quería. 

Llegamos en muy poco tiempo y cuando me abrió la puerta del coche. Me abalancé a sus brazos como una loca y él rió por mi comportamiento. Me cogió en brazos, como en el paseo nupcial, y grité ante lo inesperado.
Comenzó a besarme y yo lo agarré de su pelo, tirando suavemente de él mientras ahogaba gemidos en su boca. 

Entramos a la cálida casa y no me soltó hasta que me dejó en una cómoda y mullida cama. 

-Haremos sólo lo que tú quieras- dijo como el caballero que era. 

-¿De verdad tengo que decirte lo que quiero hacer?- alcé una ceja divertida y él negó igual de divertido mientras se ponía a la orilla de la cama, justo enfrente de mí y yo me acerqué un poco más a él. 

Miré a Jasper y sin dejar su mirada ardiente, me quité los zapatos con empujones suaves, haciendo resonar los altos tacones en el fino suelo de parquet. Al escuchar ese sonido, algo en mi bajo vientre de contrajo... sí, me había excitado de anticipación... Después, agarré la hebilla de su correa y le obligué a que se acercara un poco más a mí. La abrí con cuidado y tiré del cinturón sensualmente hacia mi derecha, provocando que su mirada celeste se convirtiese en negro azabache... 

Su mirada bajó hacia mis piernas y comprobó mis sexys medias se encaje.

Sonreí cuando tragó en seco y volvió su mirada hacia mí. 

-Eres jodidamente caliente e inocente a la vez, me vuelves loco- y con eso se pegó a mi cuerpo, quedando mis piernas un poco abiertas, dejando un hueco en el que Jasper estaba metido, cogió mi cuello con suavidad y lo alzó para besarme demasiado caliente para estarme quieta... 

Nos desnudamos con mucha pasión y sensualidad y muy pronto estuvo posicionado en mi entrada... 

-¿Sabes por qué eres importante para mí?- susurró con voz ronca empujando un poco más hacia mi entrada. Lo miré y me mordí el labio inferior. 

-¿Por qué? 

-Porque te amo, Yess, te amo más que a mi vida y quiero pasarla contigo a mi lado- fue lo último que dijo antes de penetrarme suavemente e invadirme por completo…

PVO ROMINA

Al salir del apartamento dejando solo a Jassper, comprendí que aunque me importara demasiado su bienestar, no lo amaba y quizá nunca lo amé lo suficiente, no es posible negar que sentí un cariño incomparable por él; pero al tener a Emmett, tan sólo por unos minutos dentro de mi vida, aprecié lo que realmente quiero y necesito.

Por otro lado Yess me preocupaba, era como mi hermanita pequeña y siempre velaré por ella, pero hoy necesitaba ver qué había pasado, no entendía cómo ella había soportado que le dijera que YO amaba ah su novio; sabía el dolor que le estaba causando con mis palabras pero a ella no le importó, ¿por qué?...

Suspiré pesadamente mientras bajaba los últimos peldaños de la escalera, definitivamente saldría a vagar por el campus, en un par de horas no podría volver ya que mi hermana y mi ex novio estarían hablando y sabía que yo no soportaría escuchar lo que se tuviesen que decir.

Mis pensamientos vagaban por mi mente, viejos recuerdos, nuevos sueños, entremezclados sentimientos y mucha confusión venidera era lo que mi alma soportaba en estos momentos, era irónico haber llegado a un punto en el que ni siquiera podía llorar, aparentemente se me habían acabado las lágrimas.

Así, perdida entre mis pensamientos vagué por todo el campus sin darme cuenta que terminé en el edificio en el que habíamos conocido Yess y yo a Jassper y Emmett, sonreí de medio lado al ver que mi inconsciente me había traído hasta acá.

Justo cuando estaba dando la media vuelta para ir a una tienda a por algo de comer,  me topé de lleno por un par de ojos azul cristalino que bien había conocido durante esta semana… el aire me comenzó a faltar y mis ojos se llenaron de lágrimas, lo había extrañado demasiado… pero no podía moverme, ya que muy en el fondo la duda seguía en mi… ¿Cómo me vería el ahora a mi?

Emm se acercó dos pasos largos hacia mí, los mismos que yo retrocedí, mi cuerpo estaba actuando por sí solo, muy en el fondo suponía que yo solo me intentaba proteger.

-Romina yo…-. Comenzó a decir, pero antes de que pudiera terminar la frase le arrebate un beso, un beso con sabor a robo, rabia… despecho, soledad…. Y sobre todo mucho miedo…

Sus manos viajaron por toda mi espalda mientras me devolvía el beso, como queriendo convencerse a sí mismo que yo no era una especie de alucinación.

-Emmett necesito que hablemos, requiero saber qué pasará, no soporto esta confusión e incertidumbre que me desmoronan a pedazos-. Supliqué con voz entrecortada por la falta de aire.
-Lo sé, yo tampoco aguanto más estas ganas locas de tenerte sin saber qué deseas tú-. Aceptó soltándome de poco en poco hasta que quedamos a la distancia inicial; suspiré llenándome de valor y le hice un gesto para que me siguiera a las bancas afuera del edificio.

-Irónico, ¿no?, terminando donde iniciamos…iniciando donde terminó todo-. Dije más para mí misma que para él.

-Así es la vida, en ocasiones no podemos tomar las riendas y nos volvemos víctimas de la situación, presas del momento-. Concedió mirándome directo a los ojos.

-Necesito que me digas… ¿Amas aún a Yess?, ¿Qué es ella ahora de ti?-. Cuestioné temerosa ante su respuesta, pero sabiendo que de una forma u otra en algún momento el tendría que responderme.

-No la amo, Romina… sin embargo, no te mentiré diciendo que no la quiero, ella es muy importante para mí, su amor, su presencia cambió todo en mi vida y no me arrepiento de nada…
Pero ella tampoco me ama a mí y era una idiotez hacerla sufrir, estando en una relación que ninguno de los dos tenemos segura ni clara, por eso mismo, esta mañana nos hemos dado un tiempo… estamos consientes que todo cambió demasiado en este par de días-. Respondió clavando su mirada en la mía, sus hermosos orbes azul cielo destilaban honestidad…. Me sentía culpable de ser hasta cierto punto causante de la ruptura de mi hermana, pero por otro lado me llenaba un sentimiento de tranquilidad y paz, al saber que si todo salía bien… quizás y solo quizás… ella podría estar con Jazz.

Frené mis pensamientos cursis y me devolví a la realidad, estaba haciendo castillos en la nube, yo aún no hablaba con Emm, sobre lo que había pasado y las ansias y el temor se desbordaban a partes iguales dentro de mí ser.

-¿Qué fue para ti este fin de semana Emm?, ¿Qué sientes por mí?-. Inquirí con el estómago hecho un nudo de puro temor ante su respuesta.

Un silencio extraño embargo el ambiente, la electricidad hacia chispas entre nuestros cuerpos… y a lo lejos no es escuchaba más nada que el suave ulular de los arboles al frente nuestro…

-Para mí este fin de semana no fue nada Romina… en verdad que nada…-. Hizo una breve pausa, yo no entendía nada, el corazón se me empezaba a hacer añicos mientras que mis piernas pugnaban por salir corriendo de ahí en ese mismo instante.

Me levanté molesta, sobresaltada, confundida y enojada… justo cuando iba echar a correr Emmett me tomó de la mano y me dio un beso ardiente y amoroso en los labios, no sé cuanto duro, pero mis labios urgían por más de él, de este baile… de esta emoción.

Yo declaraba que sinceramente no comprendía nada… todo era extraño, ¿si no había sido nada entonces por qué me besaba?

Me separe con los ojos inundados de lágrimas y vislumbre su hermosa sonrisa coqueta con dos hoyuelos en sus mejillas, mis ojos estaban abiertos como platos y mis labios y los suyos estaban rojos e hinchados por el largo rato de besarnos.

-Romina, te digo que no ha sido nada, pero nada… ¡en comparación a lo que quisiera tener contigo!, no sabes lo duro que es no tenerte, lo difícil que fue saberte de otro… desde aquél instante en el que vertí mi café sobre ti todo cambio, eres pasional, arrebatada, mi Afrodita misma-. Dijo enredando un brazo en mi cintura y con su mano libre acariciando mi rostro, revolviendo mi cabello, para después darle un leve apretón tierno a mi barbilla.

Su aliento me embriagaba, de mis ojos comenzaron a caer incontrolables lágrimas de gozo, jamás había sentido tanta pasión y amor a la par por un hombre… nunca había besado como ahora y estaba segura… él era el hombre de mi vida.

Apresurada tiré de su camisa y lo besé desesperada, ansiosa de saberlo mío… el beso comenzó a profundizarse a tal grado que sin darme cuenta yo estaba trepada a horcajadas sobre de él, mi mirada viajó a la suya y vislumbré sus ojos de un azul muy oscuro casi como el cielo de noche…

-No sabes lo que esperé para que esto sucediera-. Musitó mientras me elevaba por los aires, cargándome como a una recién casada.

Reí ante su actitud juguetona y coqueta y lo volví a besar, pronto terminamos en su apartamento… pasamos la noche entre besos, caricias y palabras… que jamás se olvidarían.
A media noche, desperté asustada, creyendo que todo fue una maravillosa pasada de mi mente, aún adormilada extendí mi mano hacia un costado intentando saber si realmente estaba acompañada por Emmett, mi corazón dio un vuelco de emoción cuando mi mano tocó su marcado pecho y sonreí ladina…

Giré lentamente sin casi hacer ruido  y procurando no hacer notorio mi cambio de postura y pude asegurarme que estaba profundamente dormido, uno de sus brazos enroscado a mi cintura, a lo que sonreí, tomé una almohada y la puse en mi lugar en lo que me quitaba para tomar un plumón de mi bolso…

Una vez con el marcador en mis manos quité la almohada del lugar que me correspondía y comencé a rayar “Eres mío”, “TOTAL E INCREÍBLEMENTE MÍO” y otras frases del estilo por toda la extensión de su  cuerpo, justo cuando estaba anotando un “TE AMO” en su tobillo sentí un fuerte apretón en mi glúteo lo cual me hizo voltear rápidamente…
Emmett me miraba con ojos oscurecidos y sonreía torcidamente…

-Esta noche será larga-. Musito sentándose detrás de mí y besando mi cuello, mientras que una de sus manos viajaba a mi pezón comenzando a tirar de él y sobarlo fuertemente… su otra mano viajo tortuosamente lento hacía mi bajo vientre hasta encontrar mi clítoris, dos de sus dedos entraron sin pudor dentro mío comenzando a darme el mayor placer posible… yo no me podía contener después de unos segundos comencé a gemir, inevitablemente me contonee hacia atrás sintiendo un duro bulto en mis glúteos… Emm ronroneo sobre mi hombro y yo me restregué hacia el… esta noche seria de el…

Muero por tus besos,
por tu ingrata sonrisa,
por tus bellas caricias eres tu mi alegría...

Pido que no me falles
que nunca te me vayas y que nunca te olvides
que soy yo quien te ama,
que soy yo quien te espera,
que soy yo quien te llora,
que soy yo quien te anhela los minutos y horas...


Me muero por besarte,
dormirme en tu boca,
me muero por decirte que el mundo se equivoca...

Me muero por besarte
dormirme en tu boca
me muero por decirte que el mundo se equivoca...
Que se equivoca..


Muero por tu ausencia
que me hace extrañarte,
que me hace soñarte cuando más me haces falta,
pido por la mañana
que a mi lado despiertes enredado en la cama,
hay como me haces falta…

Que soy yo quien te espera,
que soy yo quien te llora,
que soy yo quien te anhela, los minutos y horas...

Me muero por besarte,
dormirme en tu boca.
me muero por decirte que el mundo se equivoca...

Me muero por besarte
dormirme en tu boca
me muero por decirte que el mundo se equivoca...

Que se equivoca…

Me muero por besarte
dormirme en tu boca
me muero por decirte que el mundo se equivoca...
Que se equivoca...

Que se equivoca...

2 comentarios:

  1. Chicas,
    os doy mis felicitaciones a ambas...pues, es un capítulo lleno de emociones!!!!
    Espero de todo corazón que los sentimientos entre los cuatro queden totalmente claros y que no hayan rencillas de ningún tipo...para que así, los cuatro puedan disfrutar del amor en todas sus facetas, con las cosas buenas y maravillosas que ello conlleva, además, de la importancia de tener buenos amigos y hermanas, en este caso, que os acompañen en este viaje.
    La verdad es que no os puedo describir todos los sentimientos que han pasado por mi mente, mientras estaba leyendo el capítulo: emoción, tristeza, alegría, unas inmensas ganas de llorar, gritar...
    No se, son demasiados para describirlos con palabras...
    Sólo me queda esperar con ansias el siguiente capítulo para ver como sigue esta historia y felicitaros (de nuevo) a ambas por este maravilloso trabajo.
    Besosss y abrazos para las dos.
    Lourdes

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias Lourdes, no tienes idea de la alegría tan inmensa que es saber que lo mismo que nosotras sentimos al escribir, quede plasmada entre nuestras letras y en cada oportunidad de ser leídas causen sensaciones y emociones indescriptibles a las lectoras (es).

    Ojalá como en la vida misma después de la tempestad venga la calma, creo que aún hay unas pequeñas cosillas por aclarar y una que otra breve tormentilla a la vista, pero no desesperes, que siempre lo que vale cuesta.

    Un abrazo enorme Lourdes y nuevamente gracias,
    de parte de ambas.

    Yess*.*

    ResponderEliminar

Los comentarios son la base inicial que todo escritor necesita para que su inspiración fluya. Tu opinión es muy importante para mí.
Por favor, ¡NO TE VAYAS SIN COMENTAR!