Mis Dios@s del Crepúsculo... ¡GRACIAS!

viernes, 5 de octubre de 2012

¿AMARTE U ODIARTE?

*************************************
***********************************
Capítulo 8: ¿Dolorosas verdades y dulces mentiras?.

 Yess pov. 

-¿Te apetece comer conmigo?- lo miré con una ceja alzada mientras salía de la autovía para coger una carretera secundaria. 

-Claro que si- le sonreí y puse mi mano en la suya, que descansaba en la palanca de cambios. 

-¿No tienes clases hoy?- me acarició los nudillos con su pulgar. 

-No, hoy será la expulsión de uno de mis profesores y no tengo clase- desvió su mirada un nanosegundo hacia mi cara y luego la giró hacia la carretera. 

-¿Qué ha pasado? 

Me conocía demasiado bien... 

Era increíble... en tan poco tiempo y lo mucho que me conocía. 

-Se quería sobrepasar de listo- dije sin más y él apretó mi mano, incitándome a que siguiera con mi relato- Quería... quería que mi pareja fues... fuese...- no pude decir su nombre en voz alta y delante de la presencia de Emmett, lo que provocó que su mirada estuviese en mis ojos demasiados segundos para mi gusto... 

-Vale... él...- susurró desviando su mirada de mis ojos hacia la carretera- ¿Qué más? 

Suspiré sonoramente e intenté tranquilizarme. 

-Nos estaba obligando a ser un equipo y por lo obvio...- de nuevo, un suspiro más que audible- Me negué y ahí empezó el enfrentamiento. 

-¿Y por qué se supone que tenía que ser con él?- su voz mostraba rabia, pero la estaba tratando de ignorar por todos los medios... 

- Porque nos complementamos bien- dije sin pensar en el doble sentido de mis palabras... aun así, Emmett no dijo nada. 

-Vale... entonces, ¿qué pasó?- sabía que se estaba controlando y de verdad, de verdad que se lo agradecía. 

-Le recordé su pasado y se quedó callado antes todos- hice una pausa recordando ese día- Sin mencionar que me echó de clase- Emmett abrió mucho los ojos y paró el coche enfrente de un restaurante. 

¿Qué hora era? 

Miré el reloj y me percaté de que eran las dos de la tarde... 

-¿Qué te echó de clase?- alzó una ceja. 

Claro... era normal que estuviera extrañado y confundido... yo era de las pocas alumnas, junto con Romina, que no nos habían echado de clase jamás. A pesar de que decíamos las verdades como puños a todo el mundo... 

-Si, pero vamos a olvidar eso- lo miré y le sonreí para tranquilizarlo- Ya pasó- se acercó a mí y me besó en la frente antes de asentir y salir del Volvo. 

-Vamos, hermosa- me ofreció su mano y salí del coche elegantemente a pesar de mi corto vestido y mis altos zapatos. 

Nos encaminamos hacia la entrada del restaurante y me percaté de que todos nos miraban. 

-¿Te haces una idea de lo que provocas con ese atuendo?- susurró en mi oído mirándome de arriba abajo con hambre. 

-Dios, Emmett... no me digas eso- le miré advirtiéndole de lo que sus palabras provocaban en mí y él sonrió, haciendo aparecer sus dos preciosos hoyuelos. 

-Es la verdad y no soy el único que pienso eso...- miró alrededor y cogió mi cintura de manera autoritaria, pegándome a su costado como si de una de sus ajustadas camisas se tratara... 

Miré a mi alrededor y, efectivamente, todo el género masculino estaba mirándome. 

Me ruboricé por completo. 

-Buenas tardes, ¿tienen reserva?- dijo la estridente voz de la chica que se encontraba detrás del mostrador mirando a Emmett con ojitos de cordero a medio morir... 

Rodé los ojos. 

-Por supuesto- Emmett le sonrió con su impecable sonrisa y yo, por inercia propia, me acerqué más a su cuerpo- Emmett Mc Carthy. 

La chica miró mi cercanía con Emmett y chasqueó la lengua de manera audible –Si, pueden pasar- dijo con fastidio- Mi compañero les guiará hasta su reservado- su mirada no dejaba el cuerpo de Emmett. 

-Muchas gracias- Emmett le sonrió y me besó en los labios antes de seguir al maître y encaminarnos a nuestro reservado. 

-¿Cuándo se supone que has reservado esto?- dije alucinada con el lujoso restaurante. 

-Ayer, cuando te llamé- aclaró y me sonrió de esa manera tan sexy como él sólo sabía hacer. 

-¿Y qué hubiera pasado si no hubiera podido? 

-La hubiera cancelado y punto- me aclaró sencillamente y me golpeé mentalmente. 

Tonta, Yess... pues claro que la hubiera cancelado. 

-Tampoco me pasa por desapercibido que te miran todas las féminas del lugar...- susurré antes de que el amable maître retirara la silla para mí.
Ahora agradecía haberme puesto elegante. 

-¿Celosa?- su sonrisilla de niño malo era implacable cuando me preguntaba eso y decidí jugar un poco. 

-¿Debería? 

-No- me dijo sin más y de repente se puso serio. 

No pude preguntarle qué le pasaba porque el camarero vino enseguida para dejarnos la carta de vinos. 

-¿Qué te apetece? 

-Una Coca-Cola- dije sin más y él sonrió. 

-Vale, entonces yo también- me sonrió y pidió las bebidas. 

-¿Por qué hiciste este reservado en uno de los restaurantes más lujosos de la ciudad? 

-Pensé que sería un buen comienzo para partir de cero- asentí pensando en sus palabras. 

Tenía razón... teníamos que partir de cero si queríamos que esta relación
funcionase de nuevo. 

-Bien... 

-Sé que te dije que no hablaríamos de nuestro desliz- cerré los ojos al escuchar sus palabras- pero tengo una pregunta que me está matando desde que lo supe- abrí los ojos y con la mirada, le incité a que siguiese.

No encontraba mis palabras- ¿Quién es él?- volví a cerrar los ojos y suspiré- No sé nada de él... 

Tomé una respiración profunda y abrí los ojos. Miré a esos pozos azules que me miraban con determinación. 

-Se llama Jasper y es... el novio de Romina- una oleada de dolor, un intenso dolor, se apoderó de mi cuerpo y reprimí el sollozo que amenazaba con rasgar mi garganta. 

-¿El novio de Romina?- dijo con los ojos abiertos como platos y sus labios se tornaron en una mueca dolorosa. 

-Si...- sentí cómo las lágrimas rodaban por mis mejillas y cerré fuertemente los ojos para intentar pararlas. 

-Dios mío...- susurró y sentí cómo se levantaba de su asiento y venía hasta mí- No tenía ni idea, preciosa, te juro que no sabía nada- sus enormes brazos rodearon mi cuerpo y me estrechó contra su cálido cuerpo. 

-No te imaginas el dolor que siento, Emmett, es mi hermana...- dije entre sollozos como pude, con la voz tan afilada como la hoja de un cuchillo. 

-Shh, cálmate, por favor- giró la silla y me abrazó más fácilmente, teniendo un acceso directo a mi cuerpo. 

Se separó de mí y me tendió un pañuelo de tela a la vez que limpiaba las lágrimas con sus pulgares suavemente. 

-Me llegó muy hondo, Emmett, pensé que eras el hombre de mi vida, que serías el primero y el último, que serías el padre de mis hijos...- sollocé más audiblemente y me apretó más contra su enorme pecho, como si eso fuera posible... 

-Cálmate, nena, estoy aquí, no te preocupes por nada- susurró en mi oído y me dejé llevar por todo los acontecimientos de la última semana, por todo lo que tenía guardado en mi interior y que no había sacado hasta el momento... 

Estuvimos mucho tiempo así, ni siquiera me percaté de si alguien nos había visto. Sencillamente me daba todo igual. 

Me tranquilicé o al menos, ya no me quedaban lágrimas por derramar y fue cuando abrí los ojos abruptamente, encontrándome con ese mar azul que tanto adoraba o había adorado... 

-Eso es, tranquila- me besó en la frente y cerré los ojos ante su toque- Ahora lo entiendo todo- susurró levantándome y sentándose él en mi asiento y sentándome a mí en su regazo- Es normal lo angustiada que estaba Romina y todo lo demás... por Dios... ¿puede haber jugado más sucio el destino con nosotros?- coloqué mi cara en su cuello y aspiré su increíble perfume, sintiéndome más plena y tranquila. 

Su mano comenzó a acariciar mi espalda, haciendo círculos inexistentes y tranquilizándome completamente mientras que con la otra, me retiraba el pelo de la cara con una suavidad increíble. 

-No quiero que derrames más lágrimas, Yess, no quiero verte sufrir de esta manera- hizo una pausa para tranquilizar su respiración- Hoy tenía pensado empezar de cero, pero, mi vida- me cogió la cara y me obligó a que le mirara a los ojos- No quiero que estés confundida o con alguien a quién no amas- de mis labios de escapó un sollozo e intenté volver a mi posición anterior, pero él me lo impidió- No, preciosa, hablemos, necesitamos hacerlo, ¿quieres irte?- negué frenéticamente con la cabeza, no quería desperdiciar mi preciado tiempo con él- Bien, vale, pero tienes que tranquilizarte- asentí y me tragué el nuevo sollozo que amenazaba con salir de la profundidad de mi garganta. 

-Es... esta bi... bien- dije como pude y él medio sonrió. 

-Te haré la pregunta más obvia que necesito saber, ¿estás preparada?- asentí sin dejar de mirarle- ¿Lo amas?- cerré los ojos de golpe y los abrí de la misma forma, encontrándome con su mirada preocupada. 

Me dediqué a mirarle mientras buscaba la voz en mi garganta. Una vez lo hice, la abrí para decir la mayor sinceridad que me embargaba desde hacía unos días…

-No sé lo que siento, Emmett- su mirada reflejó un deje de tranquilidad e impaciencia a partes iguales- No sé si lo amo o si te sigo amando a ti- miré su reacción- pero, lo que si sé, es que me hacéis falta los dos... me cumplimentáis totalmente- su mirada era de pura confusión. 

-No te entiendo, Yess... explícamelo, por favor- su mirada suplicante fue lo que me faltó para unir mis labios con los suyos. 

Ese beso fue completamente salado por mis lágrimas, pero a la vez dulces por su calidez. 

-Tú me das lujuria, pasión, fuego por doquier- susurré sobre sus labios- Esas palabras calientes que salen de tu boca y esa sonrisa de niño bueno, me vuelven loca... pero- hice una pausa sin dejar de mirarle a los ojos- Jasper me cumplimenta en lo que a mi carácter se refiere. Es romántico, dulce y pasional a la vez, pero no llega a ti en ese fuego que me quema y me lleva al cielo. 

-Pero eso tú no lo sabes. No has estado con él más allá de los besos... o, ¿si?- negué frenéticamente, tanto que me preocupé por mi cuello. 

-No, pero lo siento, no sé explicártelo, los dos me hacéis falta para tener lo que necesito. 

Emmett me besó en la mejilla antes de abrazarme como antes. 

-¿Sabes que pienso?- le alenté a seguir con un movimiento de mi cabeza- Yo siento lo mismo, pero de manera inversa- me separé de él y lo miré a los ojos para así entender mejor sus emociones- Tú eres como la rosa que siempre quise en mi vida, fresca, dulce, virginal y caliente a la vez, pero Romina es candente, pasional y romántica cuando y cómo quiere, cosa que me fascina- hizo una pausa y sentí cómo una lágrima solitaria rodaba de su mejilla derecha- Te mentiría si te dijera que no pensé en hacerla mía la primera vez que la vi, esa faceta de niña pija y sabelotodo dando paso a la niña mala y caliente, me vuelve loco. 

Sentí cómo mis ojos se aguaban de felicidad y tristeza, de melancolía y soledad, de amor y odio... 

-Te entiendo perfectamente, Emmett, pero duele tanto...- dejé escapar el sollozo que amenazaba con salir desde hacía mucho y puse mi cara en su pecho, mojando su camisa por completo. 

-Shh, Yess, por favor, me parte el alma al verte así. 

Dejé que me tranquilizara, acariciando mi pelo y mi espalda con total ternura. 

-Quiero...no, necesito que me entiendas, todo lo que te he dicho es verdad y no quiero que estés presionada o enfadada, por favor, créeme, créeme cuando te digo que nunca te dejaré de querer. 

-Yo tampoco, Emmett- me sorprendí a mí misma al encontrar mi propia voz- Jamás, jamás dejaré de quererte. 

-Te quiero, hermosa- me apretó más contra él y besó mi cuello de manera dulce, sin nada de lujuria de por medio, tan sólo dos buenos amigos que se quieren...- Creo que será mejor que nos demos un tiempo, ¿te parece?
Me separé de él y restregué mis manos contra mis ojos para quitarme las lágrimas, a lo que él me paró e hizo lo mismo que antes, quitó esas lágrimas de mi piel con sus pulgares. 

-Si, estoy de acuerdo contigo, Emmett, necesitamos ese tiempo- él asintió sin dejar de limpiar mi rostro. 

-Haz lo que tu cuerpo te pida, Yess, si necesitas ver a Jasper, sólo hazlo, si necesitas besarle, sólo hazlo, yo estaré esperándote a lo que tú decidas, te lo prometo- sus palabras no podían ser más sinceras, sus ojos y su voz me lo decía. 

-Gracias- le abracé fuertemente y puse mi cara en su cuello, disfrutando una vez más de su calidez y de su perfume- Yo también quiero lo mismo para ti, Emm, haz lo que tu corazón- toqué el lado donde se encontraba esa pieza tan pequeñita, pero tan importante para poder vivir- te diga y no pienses en nada más. Yo también te esperaré con lo que decidas, sólo te pido que si estás seguro de una cosa, dímelo aunque sea vía e-mail, ¿de acuerdo?- él sonrió como un niño pequeño y me abrazó de nuevo. 

-Está bien, pero sólo te diré que yo también estoy muy confuso, no creas que me hace gracia compartir lo que es mío, aunque ahora mismo los dos somos libres para hacer lo que queramos, todavía te siento como mía- me separé de él y le besé en los labios. 

Un beso amargo y dulce a la vez, de despedida y bienvenida... hasta mis actos estaban confusos. 

Emmett, después de una hora más o menos, se cercioró que podía dejarme en mi asiento sola y comenzamos a hablar animadamente de todo en general, de todo sin tocar el tema que más nos angustiaba a ambos. 

Comimos entre risas y bromas y por unas dos cortas horas, me olvidé del qué será o el que hubiera podido ser. 

Salimos del restaurante y nos fuimos a un parque muy cerca para comernos un delicioso helado italiano y a seguir hablando de nuestros proyectos y demás... de nuevo, sin tocar ese tema y sin querer pensar más de lo debido. 

El día se pasó muy rápido, Emmett tuvo que dejarme tu chaqueta para que no pasara frío y nos metimos en el Volvo corriendo, riendo y cogidos de la mano. 

-¿Cuándo tienes que volver?- le pregunté a Emmett cuando paró el coche enfrente de mi apartamento. 

-Mañana- mi boca se tornó en una mueca involuntaria, gesto que no le pasó desapercibido a Emmett- Sé que te dije que empezaba las clases en dos días, pero tengo que estar allí mañana porque tengo que buscar algunas piezas para los coches que tengo que arreglar- bajé mi mirada pensando en que, otra vez, Emmett y Romina se encontrarían... un escalofrío pasó desde mi cuero cabelludo hasta la punta de mis pies. No podía ser tan egoísta, él me había dado carta blanca con respecto a Jasper...y yo le había dado lo mismo... entonces, ¿qué me pasaba?- Eh- Emmett cogió mi mentón e hizo que lo mirase a esa preciosa cara que tanto quería- No quiero que te preocupes por nada más, ¿está bien?- sus azules ojos resplandecían con toda sinceridad, pero le faltaba un matiz muy importante y que adoraba... amor, ese amor que antes estaba tan presente en su mirada y que ahora era imposible de ver por ningún lado. 

-Está bien, te extrañaré mucho...- envolví mis brazos en su cuello y acerqué mi cara a su pecho, descansando en él como si mi vida dependiera de ello. 

-No quiero que pienses en todo lo que ha pasado- suspiré- Intentaremos sobrellevarlo como mejor podamos hacerlo y daremos todo por estar a gusto, sea cual sea nuestra relación, jamás perderemos nuestra amistad- me separó lo justo de él para que pudiese mirarle a los ojos y me miró cálidamente- Es una verdadera gilipollez hacer como si no hubiera pasado nada, porque en realidad, sí ha pasado- un deje de alivio y dolor a la vez me traspasó el corazón- pero, de nuevo te digo, que lo intentaremos y podremos con ello- yo asentí sin saber muy bien qué hacer y me abrazó. 

Estuvimos algún tiempo así, pensando cada uno en sus cosas, pero abrazados, dándonos el calor el uno al otro, sabiendo que estábamos ahí para el otro. 

-Será mejor que te vayas a descansar, nena, mañana tienes clases- suspiré asintiendo a la vez y me separé de él a regañadientes. 

No quería hacerlo... su calor me incitaba a abrazarlo durante todo el día. 

Era una sensación fraternal más que lujuriosa o amorosa... estaba muy confundida. 

Realmente confundida... 

Este día sería inolvidable para mí, no quería que se acabara nunca, pero necesitaba distanciarme. Distanciarme para saber qué carajos le pasaba a mi mente. 

-Está bien- le sonreí como pude y le besé suavemente en los labios, sintiendo, de nuevo, esa calidez infinita. 

Nos separamos y Emmett se bajó del coche para abrirme la puerta. 

-Duerme bien, preciosa- me abrazó de nuevo y depositó un beso en mi frente. 

En ese momento me acordé de algo realmente importante. 

-¿Dónde dormirás? 

-En mi apartamento, no te preocupes- me tranquilizó y asentí imperceptiblemente antes de mirarle a los ojos y ofrecerle una mirada cargada de inquietud y adoración- Me lo he pasado muy bien hoy- me sonrió dejando ver esos dos hoyuelos tan adorables. 

-Yo también y lo repetiremos, te lo aseguro- le sonreí y le besé una última vez en los labios. 

Necesitaba hacerlo, como despedida o como fuera, ahora mismo necesitaba esos labios en los míos…

PVO ROMINA
 
Al salir del apartamento de Jassper sentía dolor y tranquilidad a partes iguales, por un lado estaba mi moral herida dado a que yo hasta hace unos días me decía  en contra de la infidelidad y ahora yo había faltado a mis principios, a mis bases morales… pero por otro tenía paz, porque de una manera u otra el error no fue solo mío, sino de ambos, nos precipitamos creyendo amarnos lo suficiente cuando realmente no sabíamos lo que era el verdadero amor y todo lo que causa; tras haber desayunado con Jazz decidí que lo mejor sería irme a casa, había cosas  que aclarar con mi hermana.

Encendí mi auto y suspiré repantigándome en el asiento del conductor, ¿Perdonaría en verdad a Yess?, estaba decepcionada porque mi amiga hubiese fallado a nuestro juramento, sin embargo yo también lo había hecho; necesitaba pensarlo seriamente, así que conduje hasta un parque cercano, aparqué bajo un árbol y senté suspirando pesadamente.

Alcé mi mirada unos instantes y vi una pareja caminar alegremente por el parque, ambos jóvenes no tendrían más de 15 años la chica y  17 el muchacho, sonreí de medio lado, hacía mucho tiempo que yo no sentía eso con una pareja, la ternura, el descubrimiento, la pena… mis ojos se inundaron de lágrimas al comprender que todo lo que ansiaba lo podría tener con Emmett pero él estaba con Yessi,  no era justo arrebatarles su felicidad… ¿o sí?

Negué rápidamente con la cabeza y tomé las llaves de mi coche, así que me fui directo a casa, tomé un vaso de agua y me acomodé en el sofá de la sala a ver un poco de televisión en lo que llegaba mi hermana.

Al escuchar la cerradura dar vuelta di un brinco, los nervios estaban a flor de piel, pero como dicen: “al mal tiempo buena cara”.

-Rommi-. Saludó Yess entrando zalamera con una enorme sonrisa, mientras preguntaba: -¿Qué tal tu noche?-.

-Difícil, con muchos sentimientos-. Respondí intentando que no se notara mi voz  ronca de tanto sollozar.

-Necesitamos hablar-. Dijimos al unísono lo que nos causó gracia por lo que terminamos riendo un poco.

-¿Qué ocurrió durante este fin de semana?-. Inquirí tranquila, después de tanto reflexionar me di cuenta que todos fuimos víctimas de las circunstancias, claro, eso no justificaba lo que pasó ni lo que hicimos.

-Conocí a Jassper, yo no sabía que era tu novio, ambos estábamos en la misma clase de artes, ambos caímos en la tentación, jugamos con fuego sin darnos cuenta y sin pensarlo ya estábamos quemados.

Tuve tiempo de sobra para entender que no fue bueno lo que hicimos y que me acarrearía el doble de problemas ocultarlo, porque a la larga “no se puede ocultar el sol con un dedo”-. Admitió bajando el rostro, mi mirada seguía clavada en la pantalla pero en vista periférica vislumbré un par de lágrimas que comenzaban a correr por su rostro y mi sentido maternalista salió a flote.

-Oh Yess…no te puedo mentir diciéndote que no me duele la infidelidad de Jazz y que es el doble de dolor sabiendo que fue contigo que eres como mi hermana; me siento decepcionada no te lo negaré, pero no me puedo sentir molesta para siempre contigo nena, eres como mi familia, sin sangre pero si por mi alma y hablando de errores… yo también cometí los míos-. 
Concedí abrazando a Yessi mientras ella se acurrucaba en mi regazo, temblando entre breves sollozos.

-A la persona que conocí en el aeropuerto fue a Emmett, la historia ya la sabes, prefiero no repetirla… Al igual que tu no quería creer que había conocido al hombre al cual amabas o amas. Siento mucho si te defraudé pequeña-. Dije dolida y sincera, para ella yo siempre había sido como su ejemplo a seguir y me atormentaba haberla decepcionado.

-¿Lo amas?-. Preguntó sentándose frente a mí con las piernas cruzadas.

-No te lo puedo responder-. Negué dando por zanjado el tema, la respuesta me heriría a mí pero lo que ella dijera seguido de eso nos podría herir a las dos y yo no arriesgaría una fraternidad de años por un hombre.

-Romina,  se honesta, ambas tenemos nuestras culpas y un hombre no será el causante de que nos enojemos, pero necesito saberlo, por el bien de los cuatro, no solo mío o tuyo-. Jamás la había visto tan desecha y entera a la par, pero creo que todos habíamos cambiado mucho en estos tres días.

-Si lo amo Yess-. Respondí observando su reacción, primero se hizo para atrás, tembló un poco cerrando los ojos… pero cuando volvió a abrir sus lindas orbes verde hoja y sonreírme dulcemente.

-Bien-. Dijo sin muestra de dolor.

-¿Y tú amas a Jassper?-. Devolví el cuestionamiento.

-Demasiado Romi. Debo pensar muchas cosas, perdona pero me iré a dar una vuelta, no te preocupes, ¿vale?, vuelvo pronto-. Me dijo dándome un beso en la coronilla y un abrazo, tomó su bolso y salió del apartamento.
 
No sabía qué hacer, ahora que había hablado con Yess muchas cosas se aclararon, pero otras tantas me dejaron en duda… ¿Qué habría pasado entre Emm y mi hermanita?, ¿Cómo quedaron las cosas entre ellos?, ¿Qué sería del futuro de los cuatro?, ¿Ellos se amarían?, ¿Qué fue lo nuestro para Emmett?

Después de pensarlo por una hora y al ver que mi amiga no volvía, llamé nuevamente a Jazz había un par de cosas que le concernían a él y mi hermana aclarar, tal vez lo que estaba haciendo no era lo más correcto del mundo y yo corría el riesgo de que Yessi o Jassper salieran heridos por mi loca y abstracta idea, sin embargo… ¿No era mejor aclarar todo de una vez por todas?, ¿Qué podría pasar si se encuentran en el apartamento sin que este yo presente?

Con esas dudas y preocupaciones aún en mente, me dirigí a mi alcoba y lo llamé.

-Hey Jazz-. Saludé amable y nerviosa.

-¿Cómo estás Rom?, ¿Ya mejor?-. Cuestionó verdaderamente preocupado.

-Eh hablado con Yess, las cosas se aclararon entre nosotras y quedamos en no dejar que la amistad y hermandad terminara por esta cadena de acontecimientos, sin embargo… creo que debes venir-. Lo último lo pronuncié apenas como un murmullo, ya que mi conciencia y   mi mente se reñían qué sería lo correcto.

-Ya… ¿Quieres que  vaya a tu apartamento?, ¿Qué pasa?-. Cuestionó seguramente comenzando a buscarle un significado a mis actos.

-Si ven por favor, necesito que hables con mi hermana-. Respondí con seguridad, tanta que yo misma me sorprendí.

-¿Estás segura de esto Romina?-. Inquirió Jazz con voz contrariada, seguro no encontraba coherencia con mis acciones y la situación, pero como dicen: “yo sé mi cuento, yo sé mis por qué”.

-Sí, ven te espero aquí dentro de una hora-. Dije sin más para después de ello colgar, no estaba de humor como para regatear más tiempo al teléfono.

En lo que llegaba me cambié de ropa y me arreglé un poco, mi pinta era un desastre dado a mis largas horas de llanto, así que una vez que estuve lista y escuché el timbre tomé mi bolso, lo dejé pasar y le indiqué que se quedara como en su casa en lo que volvía mi amiga, yo prefería no estar presente.

Todo quedaba en manos de ellos… el destino de los cuatro dependía de la charla que tendrían… y yo también buscaría mis respuestas con Emmett.

Quisiera saber que sería ser tu,
saber lo que ves cuando me miras.
Si pudiera actuar una vez de ti
y cambiar la expresión que expulsas.

Quisiera saber si eres tú,
saber si te das cuenta que existo todavía.

Aunque estés aquí no te dejas ver,
no sabes que me he quedado solo,
debes regresar vamos a caer
no hay tiempo, aumenta la velocidad.

Quisiera saber si eres tú,
saber si te das cuenta que existo todavía.
Quisiera saber si eres tú,
solo tu cuerpo sigue aquí esperando por mí.

Quisiera saber que sería ser tú
y porque me volví tu infierno,
si pudiera hacerte volver
no siempre es imposible.

Quisiera saber si eres tú,
saber si te das cuenta que existo todavía.
Quisiera saber si eres tú,
solo tu cuerpo sigue aquí esperando por mí.

Y no dices nada...
______________________________
¡Muy bien chicas! nuestra querida Romm
esta  muy atareada entre trabajos y algunos pendientes más,
por ello me eh tomado la libertad de publicar este capítulo,
esperemos que muy pronto le devuelvan su portátil
y pueda volver a hacernos soñar con sus exhuberantes letras.

Espero sea de su agrado el capítulo.
Un abrazo enorme.
Yess*.*

1 comentario:

  1. Yess cariño mío!!!!
    Mil gracias por haberte tomado la molestia de subir el capítulo, de verdad q me has hecho un gran favor!
    No sé q haría sin ti... C:
    Yo también espero q pronto me den el portátil y pueda hacer vuestros sueños realidad. Es lo q me fascina y lo q me alegra el alma.
    Espero subir un nuevo capi de INOLVIDABLE, supongo q en estos diase será posible ;D
    Te quiero mil millones,
    Romiina^.^

    ResponderEliminar

Los comentarios son la base inicial que todo escritor necesita para que su inspiración fluya. Tu opinión es muy importante para mí.
Por favor, ¡NO TE VAYAS SIN COMENTAR!